Este recorrido se puede hacer en un día.
La Latina ocupa una gran parte del denominado Madrid de los Austrias y, aunque sus límites son difusos, podría afirmarse que, articulados en torno al eje de la Carrera de San Francisco (que desde la Plaza de la Cebada discurre hasta la Basílica de San Francisco el Grande), estos límites serían: al norte, la calle de Segovia, al sur, la Ronda y Puerta de Toledo, al este, la calle Toledo y, al oeste, la calle Bailén. Este barrio guarda una peculiar organización urbana propia de la distribución medieval, con plazas amplias y calles estrechas que siguen el antiguo recorrido de las aguas.
Nuestra ruta comienza en la Plaza de San Miguel y en concreto en el bonito Mercado de San Miguel que conserva su estructura original de hierro de principios del siglo XX y es la única muestra de mercado de la "arquitectura del hierro" que queda en Madrid (para más detalles, ver la crítica del Mercado de San Miguel en nuestra sección de "Tiendas y take away"). Desde ahí, bajando por la calle San Miguel, nos encontramos con la Plaza del Conde de Miranda donde está el Convento de las Carboneras y el Palacio del Conde de Miranda. Desde aquí, dos paradas obligatorias son la calle de la Pasa y el Pasadizo del Panecillo. El nombre de estas calles se debe a que por una ventana del Palacio Episcopal se repartía un panecillo a los mendigos y por una puerta se entregaba como limosna un puñado de pasas. Otra curiosidad de la calle de la Pasa es que aquí se encontraba el Arzobispado de Madrid que era donde se realizaban ciertos trámites para casarse y de ahí el dicho: "el que no pasa por la calle de la Pasa, no se casa". Después de perdernos por estas bonitas calles, continuamos hasta la preciosa Plaza del Conde de Barajas donde todos los domingos, de 10´00 a 14´00, varios pintores exponen y venden sus cuadros. Merece la pena seguir callejeando un poco y llegar a las calles San Justo, Sacramento y la Plaza del Cordón. Esta zona destaca por su elevada concentración de palacios y casas nobiliarias. En la calle Sacramento, en un bloque de viviendas, se conservan los jardines del desaparecido Convento del Santísimo Sacramento.
Desde la Plaza del Cordón nos metemos por la calle del Rollo y llegamos a la Travesía del Conde. Éste es un rincón precioso de Madrid e ideal para hacer una parada y tomarnos una cerveza en el Bahiana o en el Korgui, una verdadera delicia. Después de la cerveza, bajamos a la Plaza de la Cruz Verde donde está la Fuente de Diana Cazadora (también conocida como Fuente de la Cruz Verde) y cruzamos la calle Segovia (desde aquí tenemos una muy buena vista del Viaducto). Al principio de la Costanilla de San Andrés, si giramos a la derecha, nos encontramos con la Plaza del Alamillo. Volvemos a la Costanilla de San Andrés y llegamos a la Plaza de la Paja. En la Plaza de la Paja, además de las numerosas terrazas y bares, destaca la Capilla del Obispo (del siglo XVI, uno de los pocos ejemplos de arquitectura gótica existentes en Madrid) y la Iglesia de San Andrés (ya llegando a la Plaza de San Andrés). Al final de la plaza de la Paja y sobre un balcón de la calle Segovia, encontramos el Jardín del Palacio de Anglona, un precioso jardín neoclásico que parece un pequeño oasis en pleno barrio de La Latina. Seguimos por la calle del Príncipe de Anglona (dejando a la izquierda el antiguo palacio) y nos encontramos de frente la Iglesia de San Pedro el Viejo con su torre mudéjar del siglo XVI (la torre más antigua de Madrid. Si os fijáis, veréis que está torcida). Giramos a la derecha para subir por la Costanilla de San Pedro y nos asomamos a la calle del Nuncio. Siguiendo por la Costanilla de San Pedro llegamos a la Plaza de San Andrés para llegar a la Plaza de la Cebada y empezar nuestro recorrido por las cavas: la Cava Alta y la Cava Baja. La Plaza de la Cebada funcionaba como mercado de abastos y, en las cavas, en el siglo XVII, empezaron a alojarse en posadas los mercaderes que venían de las diferentes zonas aledañas a Madrid a vender en el mercado. Merece la pena entrar en la Cava Baja a ver la Posada del León de Oro (una antigua posada de finales del siglo XIX convertida en un hotel con encanto y restaurante) y la Posada del Dragón (también en la Cava Baja).
Una vez recorrida la Cava Baja y la Cava Alta, volvemos a la Plaza de la Cebada (el mayor atractivo de la Plaza es el edificio de El Viajero (un palacete precioso de principios del siglo XX) para bajar por la Carrera de San Francisco y llegar a la Real Basílica del San Francisco El Grande (siglo XVIII). Giramos a la derecha para seguir nuestro recorrido por la calle Bailén hasta llegar a la calle de la Morería (antigua ciudad árabe) justo al principio del Viaducto. Nuestro recorrido termina justo enfrente: en los Jardines de las Vistillas, disfrutando de las espectaculares vistas de Madrid y de la sierra (vistas muy deterioradas tras la cesión de suelo público a la Iglesia por parte del Ayuntamiento de Madrid para construir un edificio horroroso que tapa parta de las maravillosas vistas que antes teníamos de toda la sierra). Merece la pena tomarse una cerveza en la terraza y, a ser posible, disfrutando de la preciosa puesta de sol.
Como esta ruta puede llevaros un día entero, os recomendados comer en uno de estos restaurantes de la zona (ver las críticas en nuestra sección de "Restaurantes"):
Enotaberna del León de Oro
Xentes
Orixe
Taberna de L´Obrador
La Taquería del Alamillo.